viernes, 2 de septiembre de 2016

Cultura y Educación: reflexiones varias

"La formación de los profesores no se ha tomado nunca en serio en España, tal vez porque nunca se ha tomado en serio la profesión docente" (José Antonio Marina, en Despertad al diplodocus)

Buenos días amig@s, y bienvenidos a un nuevo post sinfónico de Culture&Biz®. Recibimos el curso escolar este mes de septiembre reflexionando sobre un tema fascinante: la histórica (des)vinculación entre Cultura y Educación.

Para Lali Bosch, el origen del desencuentro entre los dos mundos podría situarse en tiempos de Malraux, cuando formando parte éste del gabinete de Charles de Gaulle propuso la separación del entonces Ministerio de Educación y Cultura en dos departamentos diferenciados. Según Bosch, a partir de entonces ambos quedarían condenados a luchar por un único presupuesto.


André Malraux

Durante la pasada temporada, Culture&Biz® asistió a una serie de interesantes conferencias sobre las relaciones entre los ámbitos educativo y cultural. A continuación, os exponemos las principales conclusiones anotadas, con el objetivo de que sirvan de reflexión en positivo para este curso que se inicia:
"Hemos de volver a situar las artes en la raíz de la educación, por tres motivos: porque son diversas, vinculan con la reflexión científica y constituyen una finalidad en ellas mismas" (Lali Bosch, en 2016Culturas)
"A nivel institucional, cultura y educación no cuajan, pero en el terreno práctico los dos sectores, amén de su común precariedad, están cada vez más interconectados" (Judit Vidiella, en Tertúlies sobre Cultura i Educació a l'Heliogàbal)
"Educación y cultura son indisociables, en ambos casos se trata de generar conocimiento" (Laura Benítez, en Tertúlies sobre Cultura i Educació a l'Heliogàbal)
"La excelencia, sine qua non al hecho cultural, se ha de extender al mundo educativo; la formación de una ciudadanía cultural, no tanto de consumidores, es clave" (Gemma Carbó, en Premi Ramon Roca d'investigació sobre gestió cultural)
"Hemos de ampliar los imaginarios de los ciudadanos para enriquecer la vida colectiva y la convivencia" (Liliana Lópezen Premi Ramon Roca d'investigació sobre gestió cultural)
"A día de hoy, no disponemos de un acuerdo nacional por la cultura" (Carles Duarteen Observatori dels Públics del Patrimoni Cultural de Catalunya)

Pero si en 2016 ha habido un aporte enriquecedor en este debate, sin duda ha sido la publicación del libro recopilatorio de Gemma Carbó L'assignatura pendent. Converses sobre educació, política i cultura, del que entresacamos algunas reflexiones adicionales:




"No concibo una educación inculta, ni una cultura maleducada" (Pruden Panadés)
"Los problemas son eminentemente epistemológicos y pedagógicos, pero de fondo permanece la necesidad de una reflexión filosófica" (Lucina Jiménez)
"Actualmente, los espacios de encuentro entre profesores y gestores culturales son inexistentes" (Jordi Martí)
"El Plan Bolonia tendría que haber apostado por la cultura general básica, con carreras más cortas y menos especializadas: ya tenemos los masters para las especialidades" (Victòria Camps)
"El gestor cultural se ha de hacer algunas de las preguntas propias de la filosofía: ¿por qué es importante que la cultura llegue a la gente?" (Eulàlia Bosch) 
"Lo más complejo son los cambios de modelo, los cambios conceptuales en este reconocimiento del hecho educativo como algo íntimamente ligado al talento" (Jordi Pardo)
"El perfil profesional del gestor cultural se ha ido centrando en la gestión de equipamientos, dejando de lado otros objetivos, como el de abrir canales de comunicación entre cultura y educación" (Jordi Font) 

En el fondo, la dualidad que subyace en toda esta discusión es sistémica, como bien remarcaba Gemma Carbó en la entrega del Premi Ramon Rocamientras que la educación es convergente, conservadora y regulada, la cultura es divergente, rompedora y poco regulada.

Y siempre teniendo en cuenta que cuando hablamos de educación debemos diferenciar sus tres ámbitos: la educación formal (reglada), la informal (familia, Internet, asociaciones) y la no formal (cursos ajenos a la estructura reglada). En la primera, las fuerzas del imperio curricular son poderosas. Desde el mundo cultural, se relatan las dificultades para intervenir en las etapas de primaria y secundaria: "el currículum está demasiado reglado". Desde el lado educativo, se ve el hecho cultural como una moda, cuando no directamente como una intromisión, y se critica su deriva asistencialista y su falta de espíritu crítico.



La iniciativa de los "artistas en residencia" puede ser un buen punto de partida... Aunque los desarrollos recientes del bachillerato artístico también sean objeto de críticas... Quién sabe, quizás con los nuevos avances en materia educativa (la "educación por proyectos" de EscolaNova21 o el proyecto STEAM, por citar dos ejemplos), y sin olvidar la buena labor realizada desde hace tiempo por los movimientos de renovación pedagógica (i.e. Escola El Puig en Esparraguera), la cultura tendrá cada vez más cancha. 

En cuanto a la educación no formal, se pone en duda su capacidad de autoevaluación y sostenibilidad, amén de resaltar su fragilidad y el peligro de "institucionalización de los márgenes"Por nuestra parte, creemos que hasta que en este país la educación no sea prestigiada y considerada como un verdadero asunto de estado, con un Ministro/a de Educación y Cultura -por Dios, situemos el Deporte junto a la Salud de una vez- con rango de Vicepresidencia, no hay nada que hacer. 

Pero no queremos finalizar este post sin recomendaros vivamente una verdadera lectura educativa (¿qué tal si empezamos por un pacto nacional por la lectura?): Antoni Benaiges, el mestre que va prometre el mar. La conmovedora historia de un maestro catalán -y su novedoso método de enseñanza- destinado a un pueblo del interior burgalés en los albores de la Guerra Civil. Valga por todo lo anteriormente dicho en esta entrada. Sin palabras.


Antoni Benaiges y sus alumnos de Bañuelos de Bureba 
(Burgos, enero de 1936)